La comunicación en el teatro: lo básico



El teatro supone una forma muy compleja de comunicación. En primer lugar vamos a ver una explicación simple del proceso de comunicación.

La comunicación consiste en la transmisión de un mensaje, que puede contener información de muy diversas clases (información, sentimientos, opiniones, órdenes, ruegos, etc.) desde un elemento emisor a un elemento receptor. Este mensaje tiene que estar elaborado en un código común al receptor y al emisor, un sistema de signos que ambos conozcan. Por ejemplo, podremos establecer comunicación con alguien que se exprese en el código de la lengua china sólo si conocemos nosotros también ese código. Naturalmente, la transmisión de los signos tiene que realizarse sobre un soporte físico, al que llamaremos canal; puede ser un mensaje oral, en cuyo caso el canal son las ondas sonoras del aire, o un mensaje escrito o dibujado, y entonces el canal es la luz. Así mismo, el contexto influye en la transmisión del mensaje, es decir, las condiciones concretas en que un mensaje se produce en el emisor y llega al receptor. Determinados signos no tienen el mismo valor en diferentes contextos: la palabra operación tendrá un valor diferente, por ejemplo, según se diga en un banco, en un hospital, en una clase de matemáticas o en un cuartel. Pero muchas más cosas pueden formar el contexto de un mensaje, desde la situación social, la personalidad de los participantes en el acto comunicativo. En el lenguaje escrito se considera contexto todo lo que precede y sigue a un signo, el tema del que se trata, etc.

Así que ya tenemos los elementos básicos en cualquier acto de comunicación:

Emisor: el que emite el mensaje.

Receptor: el que lo recibe.

Mensaje: información que se transmite.

Código: sistema de signos que conocen tanto el emisor como el receptor.

Canal: medio físico por el que se transmite el mensaje.

Contexto: situación compleja en la que se transmite el mensaje y en la que se hayan tanto el emisor como el receptor.

Podemos aplicar este esquema al teatro, y nos daremos cuenta de que se trata de un acto de comunicación muy complejo.

Comenzamos por el emisor. En teatro son múltiples, no uno solamente. El primero de todos sería el dramaturgo que escribe la obra dramática, preparada para que sirva de base a una representación teatral. Si el texto dramático es una creación colectiva, como ocurre a veces en grupos independientes, entonces este primer emisor estaría compuesto por varias personas también. Esa obra ya de por sí es un mensaje complejo, donde se representan emisores y receptores múltiples, que serían los personajes que aparecen en el diálogo, más las indicaciones del autor para la representación, todo ello expresado en un código lingüístico determinado, el de la lengua en que esté elaborado el texto. A continuación, nos encontramos con un segundo emisor, que sería el director de escena que pretende representarla, el cual coordina y organiza según un plan personal o colectivo, de carácter creativo, a una serie de emisores. Los actores son los encargados de transmitir los mensajes en varios códigos: lingüístico, cinésico, espacial y gestual. Actúan como emisores y receptores alternativos entre ellos, y como emisores respecto al público. Aún se suman otros emisores, que serían los diferentes artistas que producen mensajes de carácter icónico, como los diseñadores de vestuario y los escenógrafos, además de los diseñadores de luz, que aportan también significados en códigos específicos. Por lo tanto tenemos, un mensaje complejo, expresado en varios códigos, por un grupo de emisores, dirigidos todos por un emisor principal, el director de escena, que a su vez trata de transmitir un mensaje original producido por un dramaturgo.

El receptor es también múltiple, pues se trata del público. Este receptor domina colectivamente el código lingüístico, pero no en la misma medida, es decir, no para todos por igual, los diferentes códigos en que el mensaje se expresa, pues sólo algunos conocedores interpretarán todos los signos que se ofrecen del mismo modo. Generalmente, en el mismo acto de la comunicación no se produce reciprocidad, es decir, el receptor no responde al mensaje de los diferentes emisores; alguna rara vez el público como receptor puede convertirse en emisor directamente. Lo cual no quiere decir que sea un receptor pasivo por completo; tiene también su propio código de expresión durante la emisión y recepción del mensaje, con sus aplausos, sus risas o sus silencios.

Los códigos, ya se ha dicho, son variados, y pueden predominar unos sobre otros. Visual, lumínico, gestual, cinésico, lingüístico, musical, son códigos que pueden aparecer y ser predominantes en una representación teatral, pero que suelen combinarse según jerarquías y cualidades de una manera armoniosa.

Naturalmente, los canales de comunicación son de dos tipos: visuales y auditivos, ondas sonoras y luz.

Los contextos pueden variar considerablemente y marcarán ante qué tipo de teatro nos encontramos.

De este sencillo análisis confirmamos lo dicho anteriormente, que el teatro es un caso de comunicación complejo donde los elementos principales se multiplican. Un análisis más profundo puede dar mayor complejidad a este tipo de comunicación, pero lo principal se resume en lo dicho anteriormente.

~ por Fuensanta Muñoz en 10 febrero 2010.

8 respuestas to “La comunicación en el teatro: lo básico”

  1. Muchas gracias!
    Me resolviste un trabajo practico con tu texto!..

    Saludos.

    Pd: Obviamente voy a ponerte en la bibliografia 🙂

  2. Me alegra mucho que te haya servido, para eso lo hago, para que sirva. Gracias por tu aprecio y por esa indicación final. Saludos.

  3. Hola, estaba buscando información para un trabajo de clase, y me ha gustado mucho el blog, creo que me va a ser de mucha utilidad, ya que estoy realizando los estudios de interpretación, y casi toda la información que tienes me interesa.
    Gracias por la información. Saludos.

  4. muy bueno

  5. hola muy bueno

  6. esta muy bueno el blogg me resolvió un trabajo de comunicación social

  7. hablando de emisor y receptor estamos hablando de una comunicaciòn unidireccional. Tal vez en el teatro haya algo màs que eso. Tal vez hay que sacar al espectador de ese lugar pasivo, como sujeto que solo recibe mensajes sin procesarlos. El espectador responde con aplausos comentarios y crìticas (o levantandose en mitad de función, volviendo a comprar entradas, etc) por lo tanto no es un sujeto pasivo. No piensan asi?

  8. Me sirvio mucho.

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