Poética de la pedagogía teatral. María Osipovna
Me parece que es éste un libro casi imprescindible cuando se trata de educar en el teatro a jóvenes y niños. Más aún cuando el objetivo es introducir a unos jóvenes que posiblemente se dediquen al teatro en el futuro en cualquiera de sus oficios y modalidades. En primer lugar habrá que destacar la inmensa cantidad de ejercicios que pueden extraerse de sus páginas, ejercicios que pueden ser modificados, adaptados, y que, en último caso, pueden dar lugar a otros sugeridos o inspirados en el trabajo de María Osipovna, alumna de Stanislavsky y Danchenko. A mi parecer, lo más importante en su pedagogía es la activación de la creatividad en los jóvenes aspirantes a actores o directores de escena. Su fundamento es la palabra, el espectáculo textual; esta palabra debe ser integrada en la personalidad del actor, al cual considera el elemento central de todo trabajo escénico. Por otra parte, al tratarse de unas memorias artísticas y pedagógicas, indica de algún modo las dificultades que en el camino puede encontrar quien a esto se dedique y también, por qué no, las satisfacciones y hallazgos que se obtengan. Sólo se trata de leer con gran atención el libro e ir extrayendo aquellos ejercicios y sugerencias que se consideren adecuados al nivel que estamos impartiendo, pues algunos son ejercicios dirigidos a gente muy formada ya en el teatro.
«La supertarea del director y del actor está relacionada con su visión del mundo, con su idea del teatro, la razón por la que quieren dedicarle su vida y con lo que desean comunicar a la gente».
«Nemirovich-Danchenko decía que el artista contemporáneo debe ser un hombre socialmente educado. Con este término se refería al hombre que, además de saber comunicarse con los demás, tiene exigencias éticas para si y para los otros, se rige por ciertas leyes morales, conoce las normas de comportamiento y cumple con una serie de obligaciones sociales y estímulos. Añadía que esta educación determina la penetración de la obra y su interpretación, su importancia ideológica».
«Se trata de una preparación física del artista para la creación. Esto es esencial ya que para empezar un aria, un movimiento de ballet, tocar las teclas del piano o las cuerdas del violín, se necesita voluntad, se necesita concentración interior. Es necesario preparar nuestro organismo para realizar estas tareas.
La concentración, la voluntad, la energía, deben estar presentes en cada ejercicio, en cada ensayo, independientemente a lo que esté dirigido: a la atención, a la comunicación, a la imaginación, al estado físico o a la caracterización».
Podría seguir trayendo citas interesantes de este libro, pero no es posible recoger todo lo que María Osipovna puede enseñarnos. Un análisis y estudio completo del libro sería lo que nos ofrecería toda la fuerza y la sabiduría del texto.
Una sugerencia muy interesante, al igual que este blog-diario de clase que sigo con mucha atención: tengo un taller de teatro en 3º de ESO y, aunque nuestros alumnos tienen motivaciones distintas, me sirve para comparar experiencias y para poner en marcha nuevas actividades. ¡Un saludo!
Carlota, encantada de recibir tu comentario y de descubrir que sigues este diario de clase, que es a la misma vez un portafolio de investigación. Evidentemente, las motivaciones de niños de catorce años haciendo 3º de ESo no son las mismas, poruqe mis alumnos irán a una Escuela de Arte Dramático o algo similar (danza, música) pero el teatro es el teatro, la representación es universal y de algo te valdrá mi modesta experiencia. Yo también he trabajado con niños y jóvenes de menor edad que estos, y al final son pequeños actores, que una vez que han pasado por la experiencia teatral son diferentes. Próximamente publicaré bibliografía de entrenamiento más adecuada para gente más joven. Muchas gracias por tu visita y tu comentario.
Hola, me interesó mucho ese libro ¿lo tienes via online?
lo he estado buscando.. pero claro encuentro solo citas.
gracias por tu pagina me ha gustado muhco