Epitafio de una perra de caza: texto para dramatizar

pointer-2Pointer, perro de caza

TEXTO PARA DRAMATIZAR COMO MONÓLOGO MUY BREVE

EPITAFIO DE UNA PERRA DE CAZA

FRAGMENTO DE PETRONIO

La Galia me vio nacer, la Conca me dio el nombre de su fecundo manantial, nombre que yo merecía por mi belleza.

Sabía correr, sin ningún temor, a través de los más espesos bosques, y perseguir por las colinas al erizado jabalí. Nunca las sólidas ataduras cautivaron mi libertad; nunca mi cuerpo, blanco como la nieve, fue marcado por la huella de los golpes.

Descansaba cómodamente en el regazo de mi dueño o de mi dueña y mi cuerpo fatigado dormía en un lecho que me habían preparado amorosamente.

Aunque sin el don de la palabra, sabía hacerme comprender mejor que ningún otro de mis semejantes; y, sin embargo, ninguna persona temió mis ladridos.

¡Madre desdichada! La muerte me alcanzó al dar a luz a mis hijos. Y, ahora, un estrecho mármol cubre la tierra donde yo descanso.

Dramatización

En primer lugar el objetivo es conocer el texto bien, leerlo varias veces y comprender lo que en él se nos cuenta. Originalmente no está dividido en los párrafos que presentamos, pero se dispuesto de ese modo para señalar las diferentes partes en que podría dividirse para su comprensión.

Una vez conocido el texto y el orden de sus partes, no es necesario memorizarlo, sino interiorizar los sentimientos e informaciones que contiene. No importan las palabras, sino el orden en que se disponen los conceptos, que sí deberia ser respetado para que tenga coherencia.

Nos centramos en el personaje. Es un pequeño resumen biográfico contado en primera persona. No se trata, sin embargo, de una persona, sino de un animal. Concretamente, de una perra de caza. Animal, hembra, con una raza determinada, que condiciona su función al servicio del ser humano. Aquí tenéis un enlace a una página de razas de perros.

Es necesario que miréis fotografías de perros de caza y decidáis qué clase de perro será vuestro personaje. De ese modo, crearéis la imagen mental del cuerpo que tenéis que expresar. No es lo que vosotros veáis, sino lo que tienen que ver los demás. Si tenéis perro o alguien cercano lo tiene, dedicad un rato a observarlo en diferentes posturas, porque hay muchas que son comunes a todos ellos por su configuración de especie y su trato con el ser humano. Mirad sus expresiones, sus movimientos, su musculatura, la mirada, las posturas en que se sientan, se acuestan, corren, caminan, cómo duermen, cómo comen su comida o beben agua.

Tratad de imitarlos con vuestro cuerpo. Ni siquiera es necesario que estéis a cuatro patas, porque vuestro cuerpo no está hecho para eso. De pie o acostados, tratad de buscar el gesto que habéis observado en el animal. Es un juego, no lo olvidéis. Pensad que tenéis que explicar a alguien cómo es un perro, pero sois mudos. Intentadlo.

Ahora vamos a lo que dice en el texto. Se trata de un epitafio. Esto es una inscripción sobre una tumba. Generalmente, los epitafios son para las personas. Los hay de muchas clases: laudatorios, generalmente escritos en tercera persona; los hay que son resumen biográfico breve, y los que tienen una frase religiosa o filosófica. En este enlace podéis encontrar epitafios ingeniosos. Podéis buscar más, sin duda. En el caso de la Perra de caza, se trata de un epitafio que pusieron sus dueños para ensalzarla. Debió de ser una perra muy querida, pues aparece personificada. Dice que no tiene el don de la palabra, pero le hacen hablar en primera persona. Lo que querían decir sus amos es que sólo le faltaba hablar. Inteligente, por tanto. Buena y hermosa. Lo tenía todo, como veis. Su muerte se produjo al parir a sus cachorros, lo que le añade otro toque humano. En la Antigüedad era frecuente que una mujer muriera de parto.

Si queremos dramatizarlo, tenéis que pensar que hay un movimiento ascendente y luego otro descendente. La Perra de Caza, Conca, que ese era su nombre, según dice, está en su tumba. Para hablarnos se levanta de ella, pero el monólogo termina con el motivo de la tumba, lo que indica que tiene que volver a ella, después de habernos hablado. La otra posibilidad es que partamos de una posición erguida, aunque no de pie exactamente, y que poco a poco, conforme avanza el monólogo, vaya buscando la posición acostada. Se verá de qué modo es más expresivo o más acorde con el personaje, pero como el monólogo lo representarán varias alumnas, podrían darse variantes. Para la representación definitiva en el Aula Abierta, veremos si se encuentra una sonorización del espacio, previa al monólogo, realizada por el coro que acompaña al resto de las dramatizaciones.

~ por Fuensanta Muñoz en 17 enero 2009.

2 respuestas to “Epitafio de una perra de caza: texto para dramatizar”

  1. no vale nada es muyfeo

  2. Pues con no leerlo ni interpretarlo, estás al cabo de la calle. No lo puse ahí para ti, sino para personas con buen gusto y que sepan apreciar la belleza.

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