El Lobo, un texto de Petronio para dramatizar
Persuadí a uno de mis compañeros de hostería –un soldado fuerte como un demonio, para que me acompañara. Al primer canto del gallo, emprendimos la marcha; la luna lucía como el sol a mediodía. Llegamos a unos sepulcros; mi hombre se puso a hacer sus necesidades sobre unas lápidas; yo me siento y me pongo a contar las columnas y a canturrear. Al rato me vuelvo hacia mi compañero y lo veo desnudarse y dejar la ropa al borde del camino. De miedo se me abrieron las carnes; me quedé cavado como un muerto. Se puso a orinar alrededor de su ropa y de repente se convirtió en lobo.
Rompió a dar aullidos y huyó al bosque.
Fui a recoger su ropa y vi que se había transformado en piedra. !Quién habrá pasado más miedo que yo!
Desenvainé la espada y temblando llegué a casa. Entré como una oruga, se me iba el alma del cuerpo, apenas podía reponerme. Mi Melisa se extrañó de verme llegar a tales horas.
–Si hubieras llegado un poco antes –me dijo– hubieras podido ayudarnos: Un lobo ha penetrado en el redil y ha matado las ovejas; fue una verdadera carnicería; logró escapar, pero uno de los esclavos le atravesó el pescuezo con la lanza.
Con esto no conseguí pegar ojo en toda la noche. Al día siguiente volví por el camino de las tumbas. En lugar de la ropa petrificada había una mancha de sangre.
Entré en la hostería; el soldado estaba tendido en un lecho. Sangraba como un buey; un médico estaba curándole el cuello.
hola, somos Estefanía y Eva.
La verdad no sabemos muy bien que escribir, que nos encanta tu asignatura, que la vemos muy dinámica, y nada que hemos visto este texto que nos encanta y más cuando lo interpretarón Jaime e Ismael.
un Fuerte abrazo.
Un beso para todos